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República Dominicana

ANTE LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO 


Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente

 

Fanny Vargas
Coordinadora

 

Santo Domingo, 24 de marzo de 2014

El VII Objetivo de Desarrollo del Milenio es garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Este propósito agrupa temas relacionados con elementos de política, gestión apropiada de la biodiversidad y la calidad de vida en los asentamientos humanos. A tal fin se plantea cuatro metas y diez indicadores.

Este artículo repasa el desempeño de República Dominicana en el logro de este objetivo, a partir de las metas e indicadores definidos por las Naciones Unidas.

Meta 7.A

Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales e invertir la pérdida de recursos del medio ambiente

De acuerdo con la USAID (2001), el país cuenta con una institucionalidad, un marco legal y una conciencia ciudadana nacional e internacional favorables para la adopción de políticas de protección del medioambiente.

Las estimaciones del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales cifran en 39.7 % la proporción de la superficie del territorio nacional cubierta por bosques para el año 2011 (MEPyD, 2014). Esta medición supera las expectativas fijadas en 2003, cuando se esperaba que para 2015 la cobertura fuera de 35%.

De acuerdo con el MEPyD (2012), el aumento del área boscosa ha sido el resultado de políticas explícitas de protección por parte del Estado dominicano y de las transformaciones económicas y sociales de los últimos treinta años: se adoptaron programas de reforestación y de manejo de recursos naturales y se aumentó el número y tamaño de las áreas protegidas. En adición, ya no es tan común el uso de carbón como combustible de cocina, como consecuencia del fomento dado a las estufas de GLP.

A pesar de la notable reducción de la deforestación, los problemas de la contaminación del aire, la disposición de los desechos sólidos y el uso no sostenible de los recursos hídricos y costeros marinos persisten y en algún caso se profundizan.

En la década de 1990, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) crecieron de manera constante, de 9.5 millones de toneladas métricas en el año 1990 hasta 21.9 en 2003. Este último año, la brusca caída de la actividad económica produjo una contracción y en 2004 las emisiones de dióxido de carbono se redujeron a 18.8 millones. La tendencia alcista se reanudó el año siguiente y llegó a 21.4 en 2007 para terminar en 20.9 millones de toneladas métricas el año 2010.

La principal fuente de emisión de CO2 en República Dominicana es la quema de combustibles fósiles para producir energía. A fin de reducir estas emisiones, el país debería aumentar la inversión en fuentes de energía renovable, reordenar el tránsito y sustituir los combustibles fósiles por gas natural (MEPyD, 2014).

Otro indicador de importancia para esta meta es el control de las sustancias que agotan la capa de ozono, como el bromuro de metilo y especialmente los CFC (clorofluorocarbonos, sustancias utilizadas principalmente en los procesos de refrigeración). República Dominicana es signataria del Protocolo de Montreal, que estipuló la eliminación del CFC antes de 2010. En tal sentido, el Gráfico No. 2 muestra que su consumo ha disminuido considerablemente a partir de 1999. En 2011 se consumieron apenas 0.5 toneladas PAO de CFC, por lo que es probable que para 2015 se haya cumplido la meta.

Meta 7.B

Haber reducido y haber ralentizado considerablemente la pérdida de biodiversidad biológica en 2010.

La expansión de las áreas protegidas del país ha sido significativa: pasó de 18.9 % en el año 2000 a 25 % de la superficie terrestre en 2011 y las zonas marinas protegidas aumentaron de 4.1 % en 2000 a 9.3 % en 2009. Estos datos implican un incremento de 127 %. Se considera que esta expansión ha contribuido a la protección de la biodiversidad, de as fuentes acuíferas y a la captura de carbono.

Este crecimiento presenta a su vez diversos retos, entre ellos el hecho de que la creación y/o ampliación de las áreas protegidas genera dificultades entre el Estado y las comunidades afectadas, que en general no se encuentran incorporadas al esfuerzo de preservación de las áreas (PNUD, 2006). Además, puede tener efectos en el crecimiento del turismo, la minería, la agricultura y la pesca.

Entre los problemas que afectan la diversidad biológica en República Dominicana destacan los incendios forestales, los conflictos sobre uso o derecho de propiedad de la tierra, la escasa disponibilidad de recursos para manejar las áreas protegidas y proveerlas de los equipos y del personal de campo requerido para preservar las poblaciones de especies de flora y fauna de características únicas y singulares.

La conservación de la biodiversidad tiene como indicador el porcentaje de subpoblaciones de peces explotadas a su máximo nivel de productividad biológica. El Informe de Seguimiento 2010 (MEPyD) reporta el dato estimado por el Consejo Dominicano para la Pesca y la Acuicultura (CODOPESCA), que se basa en las especies sometidas a explotación pesquera: se estimó que para 2008 el 93 % de las poblaciones de peces del país se encontraba dentro de los límites biológicos seguros, porcentaje que aumentó a 98 %, de acuerdo con el Informe 2013. Sin embargo, al incluir las poblaciones de mayor incidencia en la producción pesquera del país (moluscos, langostas y cangrejos), CODOPESCA estimó que el 81.8 % del recurso pesquero se encontraba dentro de los límites biológicos seguros en 2008.

Meta 7.C

Reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento

Aunque no existe una fuente unificada para este indicador, ENDESA 2007 estimó en 13.9 % la proporción de la población sin acceso al agua potable, una reducción de 58 % respecto al valor registrado en 1991 (33.6 % de la población).

En lo concerniente al saneamiento, la población sin acceso a servicios de saneamiento mejorados pasó de 38.9 % en 1991 a 17.3 % en 2007, según los datos de ENDESA. Esto equivale a una reducción del 55 %, por lo que puede concluirse que el país ha cumplido la meta 7.C.

A pesar de este buen desempeño, los informes de seguimiento (MEPyD 2010 y 2014) han hecho énfasis en la necesidad de nuevos esfuerzos para aumentar la cobertura debido a que el 13.9 % de la población sin acceso al agua potable representa aproximadamente 1.3 millones de personas. Existen también importantes desigualdades a nivel rural y urbano: la diferencia de acceso a agua potable entre el campo y la ciudad se estimó en 15 % para el año 2012.

Meta 7.D

Haber mejorado considerablemente, en 2020, la vida de al menos 100 millones de habitantes de barrios marginales

República Dominicana experimentó un enorme crecimiento urbano durante las últimas décadas del siglo XX. Este crecimiento se caracterizó por una marcada segregación territorial que expresó –y al mismo tiempo reprodujo– las desigualdades sociales. Las principales ciudades del país concentran a la población más pobre en la periferia urbana, con deficiencias en el acceso a servicios básicos (CEPAL, 2013). La marginalidad urbana es foco de riesgo porque concentra grandes cantidades de personas en sectores de alto riesgo tanto atmosférico como ambiental, en condiciones de hacinamiento e inseguridad.

El indicador escogido para medir el avance en esta meta es el porcentaje de la población urbana que vive en tugurios.

Como puede observarse, esta proporción ha disminuido significativamente. Para 2009 se estimó que 14.8 % de la población urbana del país vivía en tugurios, una reducción del 47 % comparado con lo registrado en 1990. Sobre la base del Censo Población y Vivienda de 2010, este 14.8 % equivale a 1.4 millones de personas.

El Informe de Seguimiento 2013 (MEPyD, 2014) reporta que, según los datos del Censo de Población y Vivienda 2010, el 10 % de todas las familias habitaba en piezas, en cuarterías o “parte atrás”, barracones y viviendas compartidas con negocios. A esto se agrega que al momento del censo el 6 % de los hogares carecía de inodoro o letrina. Esto muestra que aunque la meta se haya cumplido, una importante proporción de hogares permanece en condiciones precarias, con espacios limitados y poco acceso a servicios de saneamiento.

Las carencias en términos de vivienda se relacionan con diversos factores: la migración del campo a la ciudad y el rápido crecimiento poblacional registrado a partir de la década de 1960, las deficiencias de planificación sectorial y la regulación de uso de suelo y expansión urbana. El MEPyD (2012) añade que la falta de recursos financieros de parte de los promotores privados y la falta de acceso a créditos de largo plazo por parte de los usuarios de las viviendas y la falta de una visión de integración social, económica y ambiental de los asentamientos humanos perpetúan el déficit habitacional del país.

Conclusión

Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente es el VII Objetivo de Desarrollo del Milenio. Los datos que se han repasado muestran que República Dominicana ha alcanzado y hasta superado las cuatro metas definidas para este objetivo.

Se ha conseguido un aumento significativo de las áreas protegidas y las estimaciones muestran un buen grado de protección de la biodiversidad. Sin embargo, el PNUD plantea la necesidad de mayores recursos y personal de campo para hacer efectiva la protección de la fauna y la flora. También apunta la insuficiente inclusión de las comunidades cercanas en el esfuerzo de protección.

Constituye un hito que el país haya logrado las metas 7C y 7D, relacionadas con el acceso al agua potable y la mejora de la calidad de vida de la población que vive en los barrios. Muy a pesar, todavía son muchos los dominicanos que no tienen acceso al agua potable, a servicios básicos de saneamiento y a una vivienda digna.

Dos importantes instrumentos de políticas públicas contienen propuestas concretas asumidas por el Estado en general y el Gobierno central en particular, que de ser ejecutadas llevarían al país mucho más allá de las metas alcanzadas:

a) La Estrategia Nacional de Desarrollo, que contempla el manejo sostenible del medio ambiente y propone líneas de acción para aumentar las áreas protegidas terrestres y marinas, la gestión integral de los desechos y fuentes de contaminación y la gestión eficiente del agua.

b) El Plan Plurianual del Sector Público 2013-2016, que incluye como área de trabajo el mejoramiento de las condiciones habitacionales de la población más pobre. El Plan prevé al final del período mejorar y/o reconstruir 80,000 viviendas –dotadas de infraestructura y servicios básicos– para la población más vulnerable que habita en zonas de riesgo y de hogares de bajos ingresos.

Bibliografía

Comisión Económica para América Latina y el Caribe. (2013). El progreso de América Latina y el Caribe hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Desafíos para lograrlos con igualdad. Santiago de Chile: CEPAL.

IRG-USAID (2001). Dominican Republic Environmental Assessment. Septiembre.

Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo (2014). Objetivos de Desarrollo del Milenio. Informe de Seguimiento 2013. Santo Domingo: MEPYD.

________. (2012). Estudios y documentos de Base de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2010-2030, tomo I. Santo Domingo: MEPYD.

________. (2010). Objetivos de Desarrollo del Milenio. Informe de Seguimiento 2010. Santo Domingo: MEPYD.

Organización de las Naciones Unidas. (2006). Indicadores para el seguimiento de los Objetivos del Milenio. Nueva York: ONU.

________. (2014). Indicadores de los Objetivos del Milenio. http://unstats.un.org/unsd/mdg/Data.aspx

PNUD (2006). Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo: Foro sobre Desarrollo Humano. Áreas protegidas y desarrollo humano: ¿por qué proteger una iguana cuando hay niños desnutridos? Noviembre 2006. Santo Domingo, República Dominicana.