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Desde 1978, se producen muchos cambios en el sistema político dominicano.

 

Autora:
Melissa Marcelino

Introducción

Después de una larga dictadura de más de treinta años, la República Dominicana inició un largo proceso de democratización. Con la caída de la dictadura de Trujillo, en 1961, se produjo en el país una profunda transformación del sistema político. Surgió un sistema de partidos pluralista y se organizaron las primeras elecciones libres.

Sin embargo, este breve período de modernización fue abortado por el golpe de Estado al gobierno del profesor Juan Bosch en 1963[1]y, como consecuencia, se produjo, en 1965, la llamada Guerra de Abril, hecho histórico que significó un reclamo de los grupos populares y liberales por la vuelta a la constitucionalidad. La salida al conflicto de Abril sobrevino en la organización del proceso electoral de 1966 y la elección de Joaquín Balaguer como presidente de la República.

Para 1978, al inicio de la llamada oleada democratizadora en América Latina, se produce en República Dominicana la segunda transición democrática; en este caso, de un gobierno semi-autoritario a uno democrático.

La transición a la democracia de 1978 significó cierta reforma del sistema electoral y una nueva configuración del sistema de partidos. El foco de la lucha de los partidos pasó de la oposición al autoritarismo de Estado, a la participación en la contienda electoral.

Desde 1978, se producen muchos cambios en el sistema político dominicano. Las transformaciones más significativas se producen en el sistema electoral, en 1994, después del pacto de la crisis post electoral.

Este artículo busca mostrar que las reformas del sistema electoral en 1994 han generado cambios significativos en los procesos electorales, relacionados con la abstención, concentración, fragmentación y volatilidad del voto.

De manera que este trabajo es un intento de aproximación a la configuración del sistema electoral y de partidos políticos durante el período 1978 a 2008. Para su elaboración, se han utilizado los datos de la Junta Central Electoral (JCE) y las bases de datos electorales elaboradas por el Observatorio de Instituciones Representativas (OIR) de la Universidad de Salamanca.

1. El sistema electoral dominicano 1978-2008

A finales de los años 70s, la República Dominicana se convirtió en uno de los primeros países en pasar del autoritarismo a la democracia representativa. En este sentido, el país necesitó un sistema electoral distinto al existente, con mayores garantías electorales y en que los gobiernos fueran elegidos por decisión de la mayoría.

Las elecciones celebradas en mayo de 1978 pueden ser catalogadas como uno de los acontecimientos más importantes, que expresan la evolución real del sistema político dominicano hacia la democracia representativa, legitimando el sistema democrático como medio de participación y oposición de la ciudadanía.

Luego de la transición del 1978, la República Dominicana pareció tomar el sendero hacia una democratización efectiva y, en este contexto, era imprescindible dirigir los esfuerzos hacia la modernización y el fortalecimiento del sistema electoral, con el fin de garantizar la sostenibilidad del nuevo régimen político establecido.

En este sentido se transformó el sistema electoral. Durante el período de 1978-1994, la elección de los gobernantes por parte de la población civil mayor de 18 años era única. Es decir[2], las elecciones presidenciales, congresuales y municipales eran concurrentes; en la misma boleta electoral se encontraban los candidatos presidenciales, congresuales y municipales. Los diputados eran elegidos por arrastre y la proporción de votos requeridos para ganar las elecciones era por mayoría simple.

El método de asignación de escaños utilizado en el país era el método D´Hondt. Este consiste en que los votos obtenidos por cada partido se van dividiendo entre diferentes divisores (1, 2, 3, 4, 5...), y los escaños se van asignando a aquellos partidos que tengan un mayor número de votos, hasta que no queden escaños por asignar.

En 1994 se produjo una crisis post-electoral que propició nuevas reformas al sistema electoral dominicano. A partir de entonces, las elecciones legislativas y municipales se separaron de las presidenciales, convirtiéndolas así en verdaderas elecciones de medio término (Hartlyn, 2008). De igual forma, los legisladores se eligen por mayoría simple. La proporción de votos para elegir al presidente de la República cambió de mayoría simple a mayoría absoluta o doble vuelta.

Desde la reforma de 1994 hasta el año 2008 se habían realizado tres procesos electorales legislativos y municipales no concurrentes (en los años 1998, 2002 y 2006) y cuatro elecciones presidenciales (1996, 2000, 2004 y 2008).

En la actualidad, el sistema electoral dominicano se rige por la ley No. 275–97, la cual establece que la organización, vigilancia y realización de los procesos electorales está a cargo de la Junta Central Electoral, las Juntas Electorales y los Colegios Electorales, que son los tres órganos electorales de la nación.

La Junta Central Electoral es una institución descentralizada del Estado dominicano, creada el 12 de abril de 1923, para organizar los procesos electorales en los tres niveles de elección existentes en la nación: presidenciales, congresuales y municipales.

Hasta la reforma Constitucional de 2010, la Junta Central Electoral fungió como la máxima autoridad en materia electoral, y concentró tres tipos de atribuciones: administrativas, reglamentarias y de lo contencioso electoral. Tenía para tales fines dos momentos específicos: “Conocer y decidir en instancia única” y “Como jurisdicción de segundo y último grado”.

Las Juntas Municipales son órganos de carácter permanente, dependientes de la Junta Central Electoral, responsables de la organización de los procesos electorales en sus jurisdicciones. Las Juntas Electorales tienen dos atribuciones fundamentales: administrativas y de lo contencioso electoral, fundamentada esta última atribución en el conocimiento de las protestas, impugnaciones y anulaciones sobre el proceso en los colegios electorales de sus jurisdicciones.

La reforma constitucional de 1994 estableció que las votaciones se lleven a cabo en los denominados Colegios Electorales Cerrados, que son un tipo particular de mesas electorales en torno a las cuales se reúnen las asambleas electorales debidamente convocadas, a fin de que la ciudadanía pueda ejercer el sufragio.

2. El sistema de partidos en República Dominicana (1978-2008)

2.1. Participación-abstención ciudadana en las elecciones

La Reforma del sistema electoral en 1994 tuvo un impacto significativo en la participación y abstención de los ciudadanos en las elecciones. Para las elecciones presidenciales del año 1994 se verificó la mayor participación electoral del período estudiado. El nivel de abstención a penas llegó a 15.87%.

 

Una vez separadas las elecciones presidenciales de las congresuales y municipales, a partir de la reforma de 1994, los niveles de participación en las elecciones congresuales y municipales alcanzaron sus más bajos niveles en las elecciones de 1998 y 2002. Para el año 2006, el nivel de participación aumentó, pero nunca alcanzó los niveles de las década del 70 y 80, no obstante haberse facilitado el voto de los dominicanos en el extranjero.

En las elecciones presidenciales, después del drástico descenso de la abstención en el proceso electoral de 1994, se ha verificado un ligero aumento de la misma; pero siempre en niveles más bajos que los registrados en los cuatro procesos electorales anteriores, desde la transición democrática de 1978.

2.2. Fragmentación y concentración

Otros indicadores importantes que expresan las características del sistema de partidos dominicanos, a partir del periodo de transición de 1978, son la fragmentación, la concentración del voto, calculados a partir de los resultados electorales. Con el primero, se puede observar en qué medida el poder político se encuentra disperso o concentrado (Oñate y Ocaña, 1999). La concentración del voto ayuda a entender cómo los electores distribuyen sus preferencias entre un número elevado o reducido de partidos políticos (Freidenberg, 2009).

La fragmentación electoralpuede medirse a través de dos índices: Fraccionalización y Número Efectivo de Partidos (NEP). El número efectivo de partidos intenta mostrar cómo está distribuido el poder entre los partidos. Es decir, proporciona la misma información que el Índice de Fraccionalización, pero de una manera más sencilla, ya que permite apreciar mejor cuántos partidos compiten electoralmente y cuántos están representados en el Congreso.

En República Dominicana, el índice promedio de fragmentación de los diputados es mayor que el de los senadores. Empero, analizando la fragmentación electoral del poder legislativo completo se observa que se encuentra oscilando en una media de 0.51. Esto quiere decir que el sistema de partidos en la República Dominicana se concentra en dos partidos mayoritarios,aunque existen múltiples partidos.

 

De elección a elección, el mayor nivel de fragmentación electoral para la Cámara de Diputados y el Senado se ha dado en el año 1990, cuando la primera tuvo 0.67 y la segunda 0.55. Sin embargo, para 1978, la Cámara Baja contaba con el menor nivel de fragmentación en todo el período estudiado (0.50). El Senado, por su parte, obtuvo su nivel más bajo para 2002 (0.17).

En la última elección de 2006, la fragmentación se ha visto reducida en la Cámara de Diputados, en comparación al período anterior (0.63 a 0.58). Empero, para el Senado se ha visto aumentada con relación al año anterior (0.17 a 0.48).

En cuanto al número efectivo de partidos, la Cámara Baja presenta una media de 2.49 y la Cámara Alta muestra un promedio de 1.83. El número efectivo de partidos, medido según la fórmula de Laakso y Taagapera (1979), registró su nivel más bajo para la Cámara de Diputados en el año 1978 (1.99); para el Senado, en el año 2002 (1.21).

Finalmente, el grado de concentración del voto se obtiene a partir de la suma de votos conseguidos por los dos primeros partidos con mayor cantidad de votantes, así como la suma de los votos obtenidos por el tercer y cuarto partidos, sucesivos a los primeros dos.

En este aspecto, el año 1978 registra el mayor nivel de bipartidismo para el período de análisis. Según los datos, la concentración de votos en los dos primeros partidos con alta votación superó el 94%.

2.3. Nivel de competitividad

La competitividad electoral trata de determinar el margen entre los dos partidos más votados. Cuanto más estrecha es la diferencia entre ambos, más competitiva se considera la elección. Los comicios congresuales de la República Dominicana de 1990 y 1994 mostraron el margen más estrecho en la historia para la cámara de diputados y senadores, respectivamente. En términos generales, en las elecciones congresuales llevadas a cabo de 1998 a 2006 predominan márgenes amplios, lo cual muestra una notable sucesión de elecciones no competitivas.

2.4. Cambio de preferencias

En el Congreso, las preferencias de los electores han cambiado, en promedio, un 16.14% durante el período de análisis. Esto significa que los partidos han perdido o ganado, en promedio, ese porcentaje de votos de una elección a otra. A partir de 1978-1982, la volatilidad electoral se dispara. En el único período que bajó drásticamente fue en 1998-2002.

3. Evaluación del proceso: continuidades y cambios

Desde 1978 hasta la actualidad, la República Dominicana ha tenido procesos de cambio en cuanto al sistema electoral y las elecciones. Las estadísticas muestran claramente la ruptura que se produce en el año 1994, cuando se dividieron las elecciones congresuales y presidenciales.

Cabe destacar que el sistema electoral dominicano es sumamente presidencialista. Esto implica que la participación de los ciudadanos es mayor en los comicios presidenciales. Se espera que con la unificación de las elecciones presidenciales y congresuales a partir de 2016 estimule una mayor participación de los votantes.

Actualmente, el país se encuentra en medio de cambios sustanciales, que incidirán en el sistema político y las elecciones. En tal sentido, es necesario mencionar la reforma a la Constitución dominicana aprobada en enero 2010, así como el cambio que habrá de ocurrir a partir de la aprobación de la Ley de Partidos, que se encuentra en su etapa final en el Congreso.

Aún no se han visualizado amplios cambios luego de la reforma constitucional. Según los datos presentados, el sistema de electoral muestra una gran concentración de partidos, aunque en la práctica, se evidencia un bipartidismo. Esto puede variar o acentuarse con la nueva Ley de Partidos, cambiando la tradición de las alianzas estratégicas, lo que podría influir en la desaparición de partidos minoritarios y el fortalecimiento de los mayoritarios.

CONCLUSIÓN

El período analizado permite identificar dos etapas en el desarrollo del sistema electoral dominicano, después de la transición de 1978. En este sentido, el primer momento abarca los años 1978-1994, y está marcado por la necesidad de construir un sistema electoral. En esta etapa las organizaciones políticas se hacen fuertes y estables.

El segundo momento inicia con la crisis electoral y la transformación de las reglas del proceso electoral, en el año 1994. A partir de entonces, se ha hecho evidente el incremento del nivel de abstención en las elecciones congresuales y municipales, no así en las presidenciales. Se ha producido una concentración del voto en los dos partidos mayoritarios, deteriorando el nivel de competitividad de los partidos minoritarios.

Dicho lo anterior, en estos últimos años se ha dado una reconfiguración del sistema de partidos, a partir de los cambios en el sistema electoral. Este proceso se encuentra aún en transición, incidiendo en algunas de las prácticas tradicionales del sistema de partidos en la República Dominicana.

BIBLIOGRAFÍA

Dirección Nacional de Elecciones. Junta Central Electoral. República Dominicana.
Grullón, S. (1999). Historia de las Elecciones en la República Dominicana. Santo Domingo.
Hartlyn J. (2008). La lucha por la Democracia en la Republica Dominicana. Santo Domingo: FUNGLODE.
Junta Central Electoral (2007). Sistema electoral y sistema político en Centroamérica, República Dominicana y Panamá. Santo Domingo: Junta Central Electoral.
Ley Electoral No. 275–97 (1998). Ley Electoral del 21 de diciembre de 1997. Santo Domingo: GO 9970.
Oñate, P. & Ocaña, F. (1999). Análisis de datos electorales. Cuadernos Metodológicos. España: CIS.
Wessin, E. (2009). Modelos de organización de partidos políticos en República Dominicana 1978-2008. Santo Domingo.

 

NOTAS


[i]Este método hace que la elección de la cámara baja sea de manera indirecta, debido a que se asignan los escaños según el partido político ganador en el municipio.

[2]Primer presidente electo democráticamente después de la dictadura.